domingo, 6 de junio de 2010

Castillo de Santa Catalina



Introducción

El Castillo de Santa Catalina es una antigua construcción defensiva de acabado cristiano-medieval, que corona el cerro del mismo nombre, en una estribación de la Sierra de Jabalcuz a 820 m de altitud, desde la cual se divisa toda la ciudad de Jaén, los olivares y las montañas circundantes de la zona.

El nombre le viene dado por la capilla que se construiría en el castillo tras su conquista. La Capilla de Santa Catalina de Alejandría es de estilo gótico, y fue construida entre los siglos XIII y XIV.


Descripción

Este recinto, también llamado Castillo o Alcázar Nuevo, se asienta sobre la roca viva del cerro, y es uno de los tres recintos defensivos que constituyen el Castillo de Jaén. En su lado oeste, se sitúa la Torre del Homenaje que, en otros tiempos, servía de vertebración con la antigua alcazaba. Es una gran torre de planta cuadrada, con 15,45 m de lado, y más de 30 m de altura, con tres plantas y terraza, con bóvedas cruzadas con arcos ojivales, y acceso desde el Patio de Armas.

Todo el perímetro sur carece de torres, al estar construido sobre un escarpe vertical. Hay en este paño, un poterno y un saledizo, que alberga una letrina. En cambio, en su perímetro norte hay situadas tres torres, dos de ellas albarranas y una tercera, junto a la puerta de acceso. Finalmente, existe una quinta torre, pentagonal, en el extremo oriental del recinto. El Patio de Armas es de gran superficie, y en él se encuentran restos de construcciones diversas, entre ellas dos aljibes y un bastión.

Todo el paramento de este castillo responde a un tipo arquitectónico nuevo, en relación con la alcazaba existente: mampostería menuda en la obra general, sillar o sillarejo en los ángulos, y ladrillo o dovelas de cantería en los arcos.


Proceso histórico


Los primeros indicios de ocupación del Cerro de Santa Catalina se remontan a la Edad del Bronce, correspondiendo a restos cerámicos hallados en la ladera norte y en la cima, sin evidencias concretas en cuanto al tipo de hábitat.


· Los íberos

Los primeros elementos defensivos que se advierten en el Cerro de Santa Catalina datan de la época ibérica; son restos ciclópeos situados en la ladera septentrional del cerro y correspondientes a un oppidum, y relacionado espacialmente con el cercano asentamiento de Puente Tablas, del cual habría absorbido su población tras un primer abandono de este último que se aprecia en la transición entre el siglo IV a. C. y el III. La función propiamente militar del cerro se remonta a la época cartaginesa, cuando Aníbal construyó una importante fortaleza para proteger la colonia cartaginesa que fundó en la ciudad, una instalación que sería mantenida y reforzada por los romanos tras la conquista.


· Los musulmanes

En época islámica (a partir del siglo VIII) comienza la reconstrucción del nuevo recinto fortificado en la cumbre del cerro, que sufriría progresivas ampliaciones hasta alcanzar su máximo tamaño entre los siglos XII y XIII.

Así pues, junto al Castillo de Santa Catalina, donde hoy está el Parador Nacional, existió una fortaleza anterior de origen árabe, el Alcázar Viejo, de la que aun quedan algunas evidencias.


· Los cristianos

No obstante, la construcción visible actual es de origen cristiano, siendo erigida tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1246, quien por tanto se la arrebató al rey moro Al-Ahmar. También es cristiano el tercer recinto del alcázar, denominado Abrehui.

Durante el siglo XV se llevaron a cabo unas reformas impulsadas por el Condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo, que dio lugar a la unión del Alcázar Nuevo y el Alcázar de Abrehuy, separados hasta entonces por una explanada. Estas obras finalizarían con la construcción de la Torre del Homenaje. De ello existe constancia documental pues, en 1529, "hubo que gastar 10.000 maravedís en obra urgente" en el castillo.

Aunque el Alcázar Nuevo fue mandado construir por Fernando III, fueron Alfonso X y Fernando IV los reyes que intensificaron y culminaron las obras.


· Las tropas napoleónicas

El castillo en 1862; aún se divisaban las construcciones francesas (a la derecha).

En el siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte entra en España y sus tropas llegan hasta la ciudad de Jaén, el Castillo de Santa Catalina fue modificado por las tropas napoleónicas, que destruirían parte del aljibe, con objeto de albergar en su interior un polvorín, donde surgirían dos habitaciones usadas como caballerizas. Un hospital sería construido por los franceses, que se asentaron con gusto en este castillo durante la ocupación francesa, de tal forma que se realizaron varias reformas dentro de las cuales están los pabellones para el gobernador, una plataforma artillera o incluso un área de oficinas. A la salida de la ciudad los franceses volaron el castillo para que otras tropas no puedieran usarlo.


· Edad contemporánea


* En la actualidad tan sólo se conserva el Alcázar Nuevo, así como resquicios y evidencias de otras construcciones del pasado.

* El 3 de junio de 1931, se declaró mediante un Decreto Monumento Histórico Artístico.
* En 1948 el Ayuntamiento de Jaén compró el castillo, pasando a ser desde entonces propiedad del mismo.
* Sobre los restos que ocupaban las otras dos fortalezas, se construyó en 1965 el actual Parador Nacional de Turismo, cuyas obras destruyeron irreparablemente numerosas estructuras, así como niveles arqueológicos, a la vez que se ocultaban otras tras refuerzos de mampostería.
* El día de Santa Catalina (25 de noviembre), la tradición es subir a pie al castillo y asar sardinas. Además de convertirse en lugar de encuentro y de paseo, el castillo ha dado lugar a varias leyendas populares.


Parador Nacional

Como establecimiento hotelero, ha sido incluido entre los diez mejores castillos de Europa en los que hospedarse por los usuarios de TripAdvisor, la mayor comunidad de viajeros en Internet.


La Cruz

Ubicada a la izquierda del castillo, en el punto más elevado de la ciudad, se observa una gran cruz, famosa si bien no por su valor intrínseco, sí por ser un perenne símbolo de la ciudad. Se dice que esta cruz monumental hace memoria a la que en aquel mismo lugar mandó colocar Fernando III el Santo tras arrebatar la fortaleza al rey Alhamar, y es que aunque este monumento se reconoce y caracteriza por sus grandes dimensiones, cuenta la leyenda que, en realidad, esta cruz había sido anteriormente de madera, y/o piedra de unas proporciones mucho más pequeñas, frecuentemente derribada por el formidable viento tan típico de Jaén.

La cruz actual es una donación de la familia Balguerias, existiendo una lápida de mármol gris donde se inscribe y hace referencia a la cesión de esta cruz para la ciudad de Jaén por parte de la misma.

"Esta Cruz, siguiendo piadosa tradición, ha sido costeada y donada al pueblo de Jaén, por los hermanos de doña Dolores y don Eduardo Balguerías Quesada. Jaén, Octubre de 1951".


Soneto a la Cruz.

Para la posteridad ha quedado también grabado en la cruz (por el cantero Antonio Prieto), un hermoso Soneto a la Cruz de Antonio Almendros Aguilar, que le da una mayor identidad, si cabe, a este símbolo jiennense.

Muere Jesús del Gólgota en la cumbre,
con amor perdonando al que le hería,
siente deshecho el corazón María
del dolor en la inmensa pesadumbre.

Se aleja con pavor la muchedumbre

cumplida ya la Santa Profecía,
tiembla la tierra, el iluminar del día
cegando a tal horror, pierde su lumbre.

Se abren las tumbas, se desgarra el velo,

y a impulsos de un amor grande y fecundo
parece estar la cruz, signo de duelo,

cerrando augusta con el pie el profundo,

con la excelsa cabeza abriendo el cielo
y con los brazos abarcando el mundo.







TARIFAS:

3,5 €
2,5€ (con tarjeta joven)
1,5€ (niños)
Grupos de más de 15 personas: 2,5€ y estudiantes y jubilados 1,5€

CERRADO TEMPORALMENTE POR OBRAS

2 comentarios:

  1. Cogiendo fuerzas antes de la ruta de senderismo del Castillo

    Destacar de esta visita decir que Leo que está dando grandes pasos durante este curso debe aun relajarse más e improvisar más sobre el terreno a raíz de la situación de no poder ver tanto la Cruz como la capilla de los alrededores del castillo, si bien no fue culpa suya sino a la poca información que había sobre las obras de restauración que se están llevando en las inmediaciones del Castillo.

    A esto debemos añadir la falta de higiene de algunos rincones así como de elementos visuales (como los cubos de basura expuestos al visitante).

    Grandiosa fue la ocurrencia y la posibilidad de visitar el interior del Parador gracias a la intervención de Rubén creo que lo más maravilloso de ese día.

    Punto aparte es la ruta de senderismo que recorría la falda hasta el barrio de la Magdalena donde pudimos disfrutar de unas vistas impresionantes de todo Jaén caminando por un sendero, que me sorprendió su buen estado (aparte de la basura que había a sus lados).

    Y por último, mención de medalla de honor a la hermana de Cari y a su gestión con el pedazo desayuno que tomamos, me quedo sin palabras, solo de agradecimiento

    ResponderEliminar
  2. Walter Mateo González19 de julio de 2010, 12:49

    Magnifico parador-castillo que teneis en Jaén no me extraña que sea catalogado como uno de los mejores de España, por suerte he podido visitarlo (bueno me han llevado) y tiene unas vistas preciosas y gracias a un contacto pudimos entrar por dentro. Gran reclamo y os digo que vengais y traigais gente eso sí también había cosas algo raras como que había cubos de basuras allí a plena vista no sé que imagen quieren dar la dirección del parador pero que no os corte visitarlo

    ResponderEliminar