EL MOLINO Y SU HISTORIA
El molino es el primero en funcionar en Valdepeñas y, por lo tanto, el más antiguo del municipio. Comenzó a moler el día el 15 de agosto de 1540 y contaba con dos piedras de molienda. Su dueño, Juanín LeClerque, lo denominó Molino Alto de Santa Ana y, además, construyó un segundo molino, llamado el Bajo de Santa Ana que también disponía de dos piedras.
Ambos molinos fueron los únicos que existían en Valdepeñas hasta el siglo XVIII.
En 1787, se transformó en molino el batán, utilizado hasta entonces para escardar lana, y que fue construido en el paraje de El Ejido de San Sebastián por doña Catalina González de Medina.
El batán empezó a moler entonces con las aguas de la Fuente de los Chorros. Esta propiedad pasó al Marqués de Navasequilla hasta que los descendientes de LeClerque presentaron unos pleitos. El motivo era que, según los Arceo, el Marqués de Navasequilla había atentado contra el derecho único que el Mayorazgo tenía sobre las aguas y los molinos de Valdepeñas, al convertir en molino el batán. El segundo Marqués de Navasequilla perdió estos pleitos en 1815 y hubo de entregar al Mayorazgo de Arceo la propiedad del batán, en pago de las costas.
Los molinos de Santa Ana, han pasado por cuatro propietarios:
- Desde su creación, en 1540, hasta mediados del Siglo XVI, los molinos pertenecían a Juanín LeClerque y descendientes. LeClerque, natural de Flandes, fue un criado del Emperador Carlos 1, que llegó a Valdepeñas por cédula de S.M. durante su repoblación en 1539. Su hijo, Diego LeClerque vendió los molinos a Agustín de Arceo, su padrastro, tras casarse con la viuda de Juanín LeClerque.
- Desde finales del siglo XVI hasta el siglo M, los molinos se engloban dentro del Mayorazgo de los Arceo. Este Mayorazgo fue fundado por Agustín de Arceo en 1576 con los bienes que poseía en Valdepeñas. El Mayorazgo fue heredado por numerosos descendientes, llegando incluso a perderse el apellido de los Arceo, que fue sustituido por el de los Gamboa, cuando Manuel Gamboa y Hurtado de Mendoza, oidor de la Real Chancillería de Granada, casa con Josefa de Aguilera Miranda Arceo.
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), Josefa de Aguilera, heredera del Mayorazgo, era en ese momento la mayor propietaria del municipio. La viuda de uno de sus descendientes, Eugenio Gamboa y Calvo, vendería el Molino Alto de Santa Ana a José Soto Milla en 1890, una vez que se suprimen los mayorazgos. Es en esta época cuando, acabado el monopolio del Mayorazgo sobre los tres molinos, se construyen un buen número de molinos en Valdepeñas, llegando a existir hasta 9 molinos de harina. Entre ellos se encontraban los molinos del Estanquillo, Fuente de los Chorros, Molinillo, Veredón y Chircales. Buena parte de estos molinos se fueron perdiendo con el tiempo, la mayoría anegados por el agua.
- Desde 1904 hasta 193 1, el Molino Alto de Santa Ana pertenece a descendientes de los Marqueses de Navasequilla, naturales y vecinos de Valdepeñas En 193 1, el molino es vendido a Jacinto Parra Martínez, vecino también de Valdepeñas y molinero. Es la primera vez que el molinero pasa a ser propietario del molino. Hasta la fecha los propietarios del molino se limitaban a explotarlo y a arrendarlo a quienes trabajaban en él, Este cambio marca, por tanto un hito en la evolución del Molino Alto de Santa Ana, acorde con el momento histórico que vivía la sociedad de Valdepeñas y de España.
- Desde 1931 y hasta la actualidad, el Molino Alto de Santa Ana pertenece a la familia Parra descendiente del primer Joaquín Parra. Sus actuales propietarios los hermanos Serafín y José Parra Delgado, constituyen la tercera generación de molineros propietarios de este molino El Molino Alto de Santa Ana ha estado funcionando desde su creación en 1540 hasta 1979, fecha en la que su bajo rendimiento obligó a cerrarlo.
LA RECUPERACIÓN
Los actuales propietarios del molino Alto son conscientes de la importancia que estos edificios pueden tener como bienes culturales. Su estudio revela interesantes datos sobre la arquitectura, ingeniería, historia, etnología, folclore y arte de Valdepeñas a lo largo de los siglos, De ahí que los hermanos Parra Delgado hayan decidido restaurar el molino alto y convertirlo en un punto de referencia cultural del municipio, creando un museo temático sobre la fabricación de la harina y el pan. Uno de sus principales atractivos será poder contemplar in situ el funcionamiento de las máquinas y la obtención de harina.
El primer paso ha sido el expediente de declaración de Bien Cultural del Molino Alto de Santa Ana tramitado por la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía (Ref DPIPH/FHM/AM Expediente inmuebles 13/98)
A continuación, a inicios de 1999, un grupo de personas sensibilizadas con esta idea acordaron fundar una Asociación Cultural que gestionara la restauración del molino y el montaje del museo. Dicha asociación toma el nombre de «Molino Alto de Santa Ana» y se constituye el 28 de febrero de 1999. La Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía dio su resolución favorable a esta asociación en Jaén, el 6 de abril de 1999.
El tercer paso dado en este proceso ha sido la solicitud realizada por la asociación cultural «Molino Alto de Santa Ana» para obtener una ayuda del Programa de Desarrollo y Diversificación Económica de Zonas Rurales (PRODER). La asociación realizó esta petición a través de la Asociación para el Desarrollo de la Sierra Sur de Jaén (ADSUR). El objetivo de esta solicitud era conseguir fondos para acometer la restauración del molino.
El último paso es la firma de un convenio de colaboración entre la Asociación Cultural Molino Alto de Santa Ana, los Hermanos parra Delgado y el Ayuntamiento de Valdepeñas. Este convenio establece las normas de funcionamiento del Molino Museo de Artes y Costumbres Populares de Valdepeñas de Jaén. Entre ellas se encuentra que:
El Consistorio de Valdepeñas se encargará de la difusión y elaboración de folletos divulgativos del molino museo, así como de la suscripción de convenios con colectivos (colegios, organismos públicos y privados) para concertar las visitas, que serán gratuitas.
La Asociación Cultural Molino Alto de Santa Ana se ocupará de la restauración y acondicionamiento del molino museo, hasta su apertura, además de su divulgación y difusión.
- Los Hermanos Parra Delegado serán los responsables de la apertura del molino museo horario de visitas y deberán delegar su difusión y mantenimiento a la Asociación Cultural Molino Alto de Santa Ana y al Ayuntamiento de Valdepeñas.
Este convenio fue rubricado el 12 de julio de 1999 y tiene una vigencia de 10 años. Además su fin último es cumplir con uno de los principios de la Asociación Cultural del Molino de Santa Ana, que consiste en la divulgación y la facilitación de las visitas, tanto al Molino como al Museo.
El 15 de julio de 1999 se obtiene resolución favorable a la solicitud de ayuda del programa PRODER. El presupuesto asignado para la rehabilitación es de 11.364.481 pesetas. Se concede, además, un plazo de 18 meses para concluir la obra. Su fecha de finalización prevista es diciembre de 2000.
En cuanto a la estructura del Molino Museo Alto de Santa Ana, se ha establecido la siguiente distribución de secciones:
Portal
- Medio físico de Valdepeñas; territorio, clima, agua y agricultura,
- Historia del sistema hídrico del municipio, a través de las acequias y redes de riego y situación de los diferentes molinos que han existido en Valdepeñas (desde batanes de yeso y papel, hasta molinos de aceite y harina).
- El cultivo de los cereales: proceso tradicional de la molienda.
- Historia del Molino Alto de Santa Ana, desde su construcción en 1540.
- Muestra de molinos primitivos: molino romano manual, maquetas de molinos de aceite.
- Fotografías, cuadros y escudos familiares.
Mostrará los elementos del molino, debidamente restaurados: piedras de moler, cárcavos, rodeznos. En la segunda planta se ofrecerá una visión de las máquinas empleadas para tratar el grano la harina (limpia, saxor, torno, trojes), así como de los elevadores y el sistema de transmisiones, poleas y correas que mueven todos los mecanismos.
Horno
El lugar que albergara el horno construido en 1931 servirá para acoger una pequeña muestra de objetos y técnicas propias de las artes y costumbres populares de Valdepeñas y su comarca.
El Molino Museo Alto de Santa Ana pretende convertirse en un atractivo para dinamizar la vida económica y cultural de Valdepeñas. Una vez finalizado, será presentado en sociedad en la próxima edición de la Feria Internacional de Turismo, FITUR 2002.
En cuanto a Valdepeñas, cuenta con numerosos y variados recursos, principalmente naturales Entre ellos destaca un bosque de quejigos, situado junto a la ermita y que tiene posibilidades de ser denominado monumento nacional por su singularidad. El paisaje, sobre todo el del «Paraje de Las Chorreras» y el «Parque de El Chorrillo», junto al refrescante Arroyo del Cerezo, reúnen todas las condiciones para ser admirados por los amantes de la naturaleza.
El municipio posee, además, uno de los barrancos, el de Las Tejas, más antiguos de toda la provincia de Jaén y supone una de las paradas obligadas en las rutas turísticas y culturales promocionadas por la Diputación Provincial de Jaén en la Comarca Sur.
Las posibilidades, por tanto, de impulsar el turismo rural y el ocio alternativo en Valdepeñas son múltiples. El Molino Museo Alto de Santa Ana se inscribe dentro de las primeras inicia¬tivas que apuestan por estas opciones como vía para revitalizar al municipio, al tiempo que para conservar su patrimonio, arte y tradiciones.
NOTA: Fotos de fachada y de zona de molienda realizadas por Juan Almagro, vecino de Valdepeñas de Jaén
NOTA: Fotos de fachada y de zona de molienda realizadas por Juan Almagro, vecino de Valdepeñas de Jaén
El molino de Santa Ana de 400 años de antigüedad es la imagen viviente del pasado.
ResponderEliminarPara todos nosotros ha resultado encantadora esta visita de algo que pensábamos ya no existía, movido por la sola fuerza del agua y restaurado con los mismos materiales que hace años. Es un trabajo tremendo por parte de Serafín y su familia que no ha querido perder lo que para él, es algo más que un recuerdo, su vida. Nuestro guía merece una mención especial, tremendamente amable y transmitiéndonos el amor que siente por este emblemático lugar. Nos ofreció un desayuno con dulces que ellos mismos fabrican, en una mesa preciosamente decorada y rodeados de todo tipo de antiguos recuerdos algunos propios y otros regalados por vecinos.
Es sin duda una de las visitas que repetiré y que recomiendo a todo el mundo que realice
Completamente de acuerdo con Maitia. Es todo un placer visitar el molino y sobretodo escuchar las explicaciones cargadas de emotividad de Serafín, dueño y restaurador principal del molino-museo.
ResponderEliminarSaludos.
He visitado numeros molinos, tanto harineros como aceiteros, y sin lugar a duda este Molino-Museo de harina es el mejor conservado.
ResponderEliminarInvito a todo el mundo a visitarlo, pues es una joya escasa, tanto por el edificio en si, como por la calidad y abundancia de objtos antiguos