jueves, 24 de junio de 2010

PARQUE DE LA ALAMEDA

Sus orígenes datan del siglo XVI tratándose al principio de un descampado extramuros del segundo recinto amurallado. La ermita de Santa Quiteria, construida junto al Portillo de San jerónimo, y la ermita de San Cristóbal, ubicada al final del actual paseo, eran las dos únicas edificaciones de este paraje. En la ermita de San Cristóbal, posteriormente de la Cabeza, se fundó un convento de padres capuchinos (1621) que darían su nombre al lugar: Alameda de Capuchinos.
Desde 1580 el Ayuntamiento procedió a convertirlo en lugar de esparcimiento y actividades comerciales y artesanas y para ello abrió una puerta en la muralla para su acceso: la actual Puerta del Ángel. Fue en 1616 cuando se instaló junto a esta Puerta el Convento de las Bernardas. Rodeado de conventos religiosos, el Cabildo en su afán de consolidarlo como espacio público, allana el terreno, planta álamos y se proyecta la construcción de dos fuentes, para ornamentación y riego.

En el s. XVIII bajo la tutela del Deán Mazas, se reformó el paseo que rodeaba a la Alameda, convirtiéndolo en paseo de coches, con mucha vegetación. Durante el siglo XIX la Alameda decayó y el convento desapareció con la desamortización de Mendizábal. En 1862 el proyecto del arquitecto Vicente Serrano Salaberry incluye: bancos en el paseo central, dos fuentes redondas, parterres con arbustos y flores y dos calles, una para paseo de peatones y otra para caballos y coches. Fue ya en el s. XX, en 1920 cuando de nuevo se revitalizó, se colocaron varias esculturas, mejor iluminación y se construyeron edificios colindantes como el colegio público “Jesús y María” (1920), el Campo Hípico (1955), el Auditorio (1960), Grupo escolar (1969) y el Club de Campo (1969).

Destaca básicamente por la extensa relación de árboles y arbustos que la componen.Pequeño y conocido parque de la ciudad de Jaén con orígenes renacentistas. Situado al lado del convento de las Bernardas y frente a la plaza de toros, alberga en su interior un auditorio, un pub al aire libre y el Club Hípico de Jaén. Sus jardines de hoja perenne y caduca se encuentran flanqueados por bancos y en verano son frecuentados por niños en bicicleta. A pesar de todo, hay quien no recomienda que se visite caída la noche.

Posee un esquema básico de ajardinamiento basado en coníferas y frondosas de hoja caduca y perenne. Entre las coníferas, es posible encontrar abetos, cedros, pinos, cipreses y tuyas. Con respecto a las caducifolias, se pueden ver falsos plátanos, moreras de papel, árboles del amor y plazos. Por último, entre las perennes destacan el pitosporo, la fotinia, el laurel-cerezo, algarrobo, etc., además de las palmeras. Existe un gran número de especies arbustivas, en forma de seto o en masa, que se distribuyen por los parterres entre los árboles: spirea, contoneaster, coronilla, evónimos, boj, etc.

El parque recibe varios usos extraordinarios en distintas épocas del año. Con un extenso programa cultural durante todo el año, es durante la Feria de San Lucas cuando el Auditorio de la Alameda, con sus más de 1300 localidades, acoge el mayor número de espectáculos.

Además, a partir de la primavera se desarrolla un amplio programa de actividades, como la celebración del concurso nacional Lagarto Rock, ciclos de rock, cine de verano y conciertos y actuaciones pertenecientes a la programación Órbita Cultura Metropolitana.

Es recomendable pasearlo sin prisas y dejar el vehículo estacionado en los aparcamientos cercanos. El mejor momento es a primera hora de la mañana o la caída de la tarde. También es una buena idea disfrutar de esta bella panorámica a la caída de la noche, en especial en días de primavera y verano cuando el auditorio acoge cine al aire libre y hay una algarabía de familias y niños tomando el fresco entre los paseos del parque.

La Alameda es el parque que simboliza el Jaén romántico y familiar. Es un rectangular espacio adormecido por árboles de diferentes especies y por arbustos que perfuman Jaén en primavera. En uno de los extremos del parque, frente a un lateral del auditorio, hay un mirador sobre el campo hípico. Desde aquí Jaén es una ciudad de cuento, con su gran castillo, su bella catedral y un caserío blanco y bien dispuesto en las faldas de las cuestas. Al fondo está la sierra de Jabalcuz y las caprichosas Peñas de Castro.

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